A
medida que pasan los años, tratamos de desarrollar
nuevos métodos de entrenamiento. En el mundo de la esgrima hemos visto como
aparecían aparatos para mejorar aspectos clave en este deporte, como por
ejemplo la velocidad de reacción (con plastrones de plástico en los que se
iluminaban distintos blancos a los que tocar).
Todos estaréis de acuerdo con
que la preparación física tiene una gran relevancia en nuestro rendimiento en
la pista. Este deporte noble y elegante se está convirtiendo cada vez en algo más físico, por lo que tenemos que
reinventarnos y buscar nuevos métodos y herramientas de entrenamiento que nos
ayuden a exprimir al máximo nuestras posibilidades.
Una de
esas herramientas que se podrían implantar en nuestros entrenamientos es la electroestimulación. Muchos de nosotros
hemos utilizado la electroestimulación para recuperarnos de algún esguince o
rotura fibrilar (y su efectividad es innegable), pero me atrevo a decir que
ninguno de nosotros la ha utilizado como
método de entrenamiento. El objetivo de este post no es otro que daros a
conocer esta forma de trabajo, y que seáis vosotros mismos los que juzguéis si
es interesante introducir la electroestimulación en vuestras sesiones.
Lo que
genera la electroestimulación es un impulso eléctrico variable transmitido por
un aparato a los músculos, a través de dos o más electrodos. Ese impulso
provoca una contracción muscular sin que el sistema nervioso central entre en
juego. Por eso no se produce una fatiga
importante a nivel nervioso.
En el
ámbito de la preparación física, se puede utilizar como técnica de
entrenamiento (mejora la fuerza máxima
voluntaria, según el 85% de los estudios realizados), pero es muy
importante resaltar que es una técnica complementaria al entrenamiento que
realicemos. La electroestimulación no
remplaza un entrenamiento de fuerza.
La
electroestimulación nos permite mantener un nivel de fuerza, además de aumentar la masa muscular de manera
significativa. Un uso adecuado sería de unas cuatro semanas, tres sesiones por
semana, de diez minutos cada sesión.
Pero no
todo son ventajas… Durante un periodo de entrenamiento específico, la
electroestimulación presenta ciertos límites. El orden de reclutamiento de las
fibras es diferente al que se produce normalmente con una contracción
“voluntaria”, y la coordinación no es la misma. Todos los movimientos en esgrima
necesitan una coordinación precisa no solo entre los músculos sinergistas, sino
también entre la musculatura agonista y antagonista (Duchateau, 1992).
Otro
aspecto negativo a tener en cuenta es que mientras el músculo se somete al
trabajo de electroestimulación, tiende a
perder elasticidad (otro factor importantísimo en la esgrima). Por eso es
aconsejable que se compense esa pérdida de elasticidad con ejercicios de pliometría (ejercicios de multisaltos, de fuerza
reactiva, etc.).
El
precio de las máquinas de electroestimulación ronda entre los 50€ y los 800€,
pero por 150€ se pueden encontrar algunas bastante fiables.
''Miha Bodytec'' lo ultimo en Entrenamiento con Electroestimulación. |
Para
concluir podemos afirmar que la electroestimulación es una buena herramienta de
trabajo complementaria al entrenamiento de la fuerza “clásico”, pero no deja de ser una “ayuda”,
no un sustituto.
¿Quién
se anima a probarlo?
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